Evangelizar
Evangelizamos a los perdidos en nuestra comunidad local a través del Ministerio del Evangelio del Señor Jesucristo. Esto se logra a través de varios medios que incluyen: predicación al aire libre, exhibición de carteles evangélicos, oración por/con las personas, participación en conversaciones evangélicas 1:1, distribución de tratados evangélicos, Biblias y otra literatura cristiana, y servicio a la comunidad de manera tangible de acuerdo con Mateo 25:31-46.
Equipar
Nos unimos a creyentes de varias iglesias locales que tienen una clara profesión de fe y un deseo de alcanzar a los perdidos con el Evangelio capacitándolos para hacer el trabajo de un evangelista según las Escrituras. Si bien reconocemos que existen varios métodos para alcanzar a los perdidos, no utilizamos los ingeniosos recursos del hombre para llegar a las personas diluyendo el Evangelio en un esfuerzo por hacer que el mensaje sea más aceptable para el hombre. Más bien, predicamos el Evangelio completo de Jesucristo, que incluye la ira de Dios contra los pecadores culpables y su gracia para salvar a todos aquellos que se arrepientan de su pecado y pongan su fe y confianza sólo en Él para la salvación. El evangelio es el poder de Dios para salvación, no la elocuencia o los recursos extrabíblicos del hombre. Cuando las personas están listas para comenzar un ministerio de evangelización propio, les ayudamos a proporcionarles los recursos necesarios para comenzar y continuar animándolos y brindándoles consejos a lo largo del camino.
Edificar
Aspiramos a edificar, animar y fortalecer la iglesia local discipulando a otros creyentes en la fe y promoviendo la semejanza de Cristo en todos los aspectos de la vida. Las Escrituras nos mandan a reprendernos, reprendernos y exhortarnos unos a otros en la fe, y a rendir cuentas unos a otros ante Dios mediante la fiel enseñanza y amonestación de Su Palabra. Hay varios medios de gracia por los cuales Dios nos ha dado para crecer en santificación y eso incluye el estudio de Su Palabra, la oración y la comunión con los santos. Destacamos la importancia de priorizar estas tres gracias en la vida diaria de los creyentes para su bien individual, para el bien de la iglesia local y sólo para la gloria de Dios.
“A quien predicamos, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre con toda sabiduría; para que presentemos a todo hombre perfecto en Cristo Jesús:”
COLOSENSES 1:28